Se veía venir, pero no por las obras, sino porque se nota un bajón en el ánimo de cambiar, han surgido muchas voces defendiendo el actual recorrido que se unen a la imposibilidad del mismo para algunas hermandades.
En cuanto a las obras yo siempre fui partidario de esperar que terminasen para afrontar cualquier cambio definitivo. El aspecto del actual recorrido va a cambiar con la peatonalización parcial de la Alameda, la desaparición de la rotonda, la estación del metro. Vamos a tener un nuevo escenario, así que esperemos a ver como queda para hacer cambios.
Y dado que hay que esperar, ¿por qué no estudiar alternativas para dar sentido a un cambio de recorrido oficial? Es decir, llegar con él a la Catedral, pero no de soslayo, sino a su puerta principal, a la plaza del Obispo.