En mi caso particular, que no soy creyente, podría decirse que me gusta la parafernalia. Pero reconzco que si no existiera el sentimiento religioso no me llegaría de la misma forma. Aunque yo no crea, el ver el fervor de la gente, los rezos, las lagrimas etc. hace que me conmueva y me guste más.
Luego por otro lado está el aspecto social: la tradición, el fenómeno social, el salir a la calle, reencontrarse con gente, echar de menos a los que ya no están etc.
En resumen, creo que es algo muy complejo.
Yo particularmente sí soy creyente. Y practicante..........de momento.
Evidentemente si he participado en temas como "
Marchas de procesión" o descrito mis impresiones sobre los desfiles procesionales, es que algo me tira la parafernalia.
Pero debe ser nacida de una esencia religiosa, si no para mi es algo completamente superfluo, hueco y artificial.
Tomemos como ejemplo el Miércoles Santo: Habrá bastantes que se emocionarán con "
La muerte no es el final" cantado por los paracas tras el Cristo de Animas de Ciegos. Pero como decia un comentarista de CS2, que cuando han pasado el aforo de la tribuna de los pobres se despueble, resulta penoso. O que algunos piensen que la presencia de la GC en la Expiración le da más solemnidad. Pues no es solemnidad sino MAS MARCIALIDAD. Son dos cosas completamente distintas. Y del Jueves Santo y la legión, ya ni hablo.
En esos casos me parece que la parafernalia se sobrepone a la devoción religiosa.
Para mí no tiene ningún sentido la presencia de militares en las procesiones. Excepto si consideramos que cualquier procesión (incluso remontándonos a las de la época de los romanos) está directamente entroncada con una exhibición netamente de carácter marcial.
Pero si tomamos las cofradías como la escenificación en la calle para evangelizar, sobran los militares. Nadie puede prohibirles que acompañen a la imagen o hermandad de la que son devotos, sino que deberían hacerlo vistiendo la túnica de nazareno, saliendo de portadores o como integrantes de las bandas de música.
Hay otros casos donde en las cofradías la parafernalia se impone a lo auténticamente religioso.Es el de hermandades, como la Esperanza de Triana, que imprimen una fuerte teatralidad y efectismo a su procesionar. Sin dudar por supuesto de la fuerte y sentida devoción que gozan el Cristo, y sobre todo la Virgen, pero como cuento en otro tema, que este año por ejemplo el palio
se arrancara a andar en el pasaje cascabelero de "
Pasan los campanilleros" y lo haga bailando, es una demostración de primar esencialmente lo festivo, folclórico y verbenero sobre lo religioso.
También comprendo al compañero que se asquea de cruzarse viendo las procesiones con gente que fuman algo con peculiar olor (y no a incienso), o peor aun los que forman broncas o reyertas por colocarse en el mejor sitio para ver "ronear" su hermandad.
Todos ellos son idólatras de la parafernalia, que para su desgracia no han llegado a comprender el significado místico y profundo que tiene una Imagen Sagrada en la calle.