Apoteósica e histórica mañana la que hemos vivido hoy.
De las 13 imágenes que salían, he podido ver 9 (todas menos Amor, Rocío, Redentor y Chiquito). Destacaría lo siguiente:
-Muy bien en líneas generales el público, respetando tanto las medidas de seguridad, como el silencio, el cual ha predominado durante toda la mañana, rompiéndose mayormente para los aplausos y vivas que se han lanzado a las distintas imágenes.
-Impresionante el atuendo y la estética en general de Servitas. Impactante.
-Gran cantidad de público para las horas que eran, especialmente, el entorno de la Catedral, que ya hora y media antes de llegar la primera imagen (La Puente), tenía bastante público esperando. Aun así, yo las que he podido ver, lo he hecho sin ningún tipo de apreturas, y pudiendo moverme sin problemas. La única que si he visto quizás con la calle algo más desangelada, era Piedad en Ollerías, que éramos muy pocos viéndola en ese momento, pero es que la gente estaba repartida entre las distintas salidas, que han sido casi simultáneas.
-Indiscutible una vez más el tirón del Cautivo, con cientas de personas tras Él acompañándole de promesa. Emocionante poder verlo cruzar su Puente de la Aurora, y viajar durante unos instantes a un Lunes Santo de tiempos que parecen muy lejanos. Pasé por el entorno de San Pablo un rato antes de que salieran, y casi no se cabía allí ya...
-De agradecer el esfuerzo y compenetración entre hermandades para que todo fuese tan fluido, contribuyendo a que la mañana haya sido corta, pero intensa, sin alardes y -al menos, la mayoría de los tronos- sin demasiada cadencia. A veces la sencillez es la clave del éxito.
-Creo que esta ha sido una prueba de fuego de cara a la posible Magna de octubre, y que, al menos en principio, hemos pasado con nota. Esperemos que no hayan rebrotes ni demás, y se confirme que todo esto es seguro y podemos continuar con esa vuelta a la normalidad.
Málaga ha respondido, ha estado a la altura y ha arropado a sus hermandades e imágenes, dando más motivos para que empecemos a valorar un poquito más lo que tenemos aquí, además de darle un guantazo sin manos al Obispado, demostrando que la Fe se puede profesar de muchas maneras, aunque algunos no quieran verlo...
Por lo demás, y a título personal, me ha emocionado volver a sentir esa sensación de ver una procesión en la calle, el ver a familias bajando a una hora tan extraña con niños y demás al encuentro de las imágenes, y las tremendas ganas que tiene esta ciudad de volver a sentir la devoción a su manera. Hemos vuelto, y espero que para quedarnos.