Lo poco que mi tiempo (y las cofradías) me permitieron disfrutar:
-Cautivo: Pude ver al Cristo, tras un buen rato esperando, en la curva de calle Carril a Mármoles. Fue uno de esos momentos en los que el tiempo se para, en los que, cuando ya ha pasado, no puedes decir nada, porque no te salen las palabras. Esos vítores, esos aplausos sinceros, esa emoción que se respiraba en el ambiente, esas varias decenas de filas de público agolpándose....volvió la vida, después de todo.
Lástima tener que marcharme y perderme a la Virgen.
-Crucifixión y Pasión saliendo de la Catedral. Es tan frustrante tener que pegarte 2 horas y media de pie en un mismo sitio porque hay dos cofradías que, además de llevar ya un gran retraso, se toman las cosas con excesiva parsimonia.... Pasión, especialmente, se pegó un ratazo enorme para salir de la Catedral, no se ni cuánto retraso horario llevarían ya, pero fue desesperante, la gente ya incluso se iba de allí harta de esperar.
Dicho esto, mereció la pena todo, pues ambas cofradías pasaron de dulce por ese comienzo de calle San Agustín. Muy destacable el espectáculo que es la BCT de la Esperanza en la calle, así como la elegancia que desprende la Archicofradía de la Pasión en la calle. En cuanto a Crucifixión, me quedo con la Virgen a los sones de "Santo Traslado" (si no recuerdo mal). Una delicia.
Me sorprendió para bien que la gente guardara y pidiese silencio en el entorno de la Catedral cuando llegaban los tronos, lo cual hizo que se pudiera disfrutar de las marchas y el recogimiento al que el lugar invita. Esto no debería ser extraño, pero por desgracia, aún no es la tónica habitual en nuestra ciudad.
Eso sí, tras pasar Amor Doloroso, sentí vergüenza al ver como masas de gente cruzaban entre las filas de la banda de música que la acompañaba (Arahal), un esperpento que debería erradicarse, aunque no tenga visos de que eso vaya a ocurrir...
-Gitanos en la Merced, en ese pre-encierro que hacen allí. Las obras donde el antiguo Cine Astoria, provocaron que no entrara el Cristo por el otro lateral, rodeando la plaza -como era habitual-, para situarse en la esquina a esperar a la Virgen. En su lugar, tuvo el Cristo que maniobrar, rompiéndose el cortejo. La Virgen llegó con Callejuelas de la O... Como fuera, ver a Gitanos en la Merced siempre es un momento especial.
Por cierto, aprecié mucha menos promesa que otros años.
El resto me las perdí.