Yo soy bastante menos catastrofista. El virus estará ya siempre con nosotros. Ahora hay rebrote en tanto y en cuanto se hacen test, y salen asintomáticos por doquier.
Si la situación se va medio controlando, la normalidad debe volver lo antes posible.
La quiebra económica ya va a ser catastrófica, y como no volvamos pronto a hacer lo que hacíamos, moriremos, pero de hambre y miseria.
Y los más mayorcitos, y con un trocito de tierra, siembro mis papas y lechugas, y con eso me apaño, pero la juventud de hoy en día esta acostumbrada a otras cosas.
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Yo también quiero ser optimista, aunque es muy difícil.
Yo creo que , si para el año que viene (ya sea en Cuaresma -cosa que dudo-, o más bien, a partir del verano), estamos cerca de la llamada inmunidad de rebaño, o hay ya por fin una vacuna o tratamiento definitivos, y no tenemos ya gente muriéndose por el virus ni tantos casos detectados al día, podría haber una mínima posibilidad de ir recuperando un poco la actividad procesionista, aunque sea con muchas medidas de seguridad.
Se me ocurren ideas que, aunque pueden parecer un poco disparatadas, en una hipotética situación como la descrita (seguramente, más para finales de 2021, si es que no hay solución ya para entonces), y siempre consultando con las autoridades sanitarias , podrían ayudar a que, al menos, tuviéramos algo:
-Aforamiento de calles, vallando y controlando aforos.
-Recorrido Oficial con aforo reducido y separación de +1,5m entre sillas.
-Dispensarios de gel hidroalcohólico gratuito por las calles.
-Multas severas a quien no lleve mascarillas.
-Las cofradías evitando todo lo posible las calles estrechas, dando preferencia a calles y avenidas más espaciosas. Se perdería muchísimo estéticamente, pero se ganaría en seguridad, ya que se facilitaría la distancia interpersonal y se reducirían las aglomeraciones. En las calles estrechas que no se puedan evitar, aforo hiperreducido o nulo, sin público.
- Reducir el peso de los tronos, con el objetivo de poder dejar, mínimo un metro de distancia entre los hombres/mujeres de trono, los cuales irían TODOS con capillo y guantes. En la mayoría de las cofradías, esto obligaría a distribuir a sus hombres/mujeres de trono en turnos, pero como solución puntual para uno o dos años, podría valer, sin necesidad de convertirlo en tradición, ojo.
-Aforo reducido en las estaciones de penitencia en la Catedral.
-Suprimir presidencias, o colocarlas con la debida distancia interpersonal y mascarillas.
-Alargar recorridos y horarios, con el objetivo de que todo el mundo tenga posibilidad de ver a las cofradías sin necesidad de aglomeraciones.
-Habilitar zonas de aparcamiento gratuito en el Puerto y alrededores, donde caben muchísimos coches, así como aumentar considerablemente las líneas y frecuencia del transporte público, con el objetivo de evitar autobuses, trenes y metros llenos.
-Todos los integrantes de cada procesión, deben llevar guantes y la cara tapada, bien con capillo o capirote, o bien con mascarilla, a excepción de los músicos, que deberían ir mucho más espaciados, aunque ello suponga alargar las filas y los cortejos.
-Prohibir y multar (cosa que ya se hace, en teoría, aunque todos sabemos que no es así), la gente con sus propias siillas, pues es muy difícil de controlar y de que cumplan las medidas de seguridad, además de otros riesgos ya sabidos.
¿Qué os parece?, ¿es demasiado locura?